Convertirse en padre o madre no siempre es obvio. Unos padres jovenes se ve envuelto en un torbellino de emociones y preguntas que son fáciles o difíciles de manejar. El niño, nacido o por venir, los padres, presentes o futuros, forman un sistema indivisible donde cada uno influye en el otro.
El psicólogo prenatal crea un marco privilegiado para acoger la diversidad de los signos de "convertirse en padre"s y "nacer humano". La escucha suele ser suficiente para restablecer la confianza y el placer de ser padre y gestionar eficazmente las relaciones padre-madre-bebé.